sábado, 31 de mayo de 2008

Una pregunta enviada y su respuesta:¿Es Dios el que envía la enfermedad a las personas?

Esta es un área donde la mayoría de los cristianos son engañados. Muchos creen que Dios es el que los enferma. Muchos han muerto diciendo: “Dios me ha enviado esta enfermedad para enseñarme algo.” No se dan cuenta que están declarando en contra de su propia sanidad.
(Comentado por un amigo y usado como ejemplo)
Conocí a un pastor, que la gente amaba mucho, tenía unos cuarenta años, pero había estado muchos años en la obra. Un día se enfermo de cáncer, la gente se acercaba para compartirle y ministrarlo, pero él decía: “Dios me ha enviado esta enfermedad para enseñarme algo.”
Nunca se supo ¿que cosa le quiso enseñar Dios? porque partió a la presencia del Señor. Este pastor se dejo engañar por el diablo y eso le costo la vida.
Otros dicen: “Estoy sufriendo para la gloria de Dios.” La enfermedad no glorifica a Dios. Es como decir que Dios envía personalmente a satanás para santificarte con su unción. ¿Lo comprendes?
En Juan 11:1-45 se ve la historia de la resurrección de Lázaro. En los versos 3 y 4 dice: “Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas esta enfermo. Oyéndolo Jesús dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado en ella.” ¿Qué cosa era la que iba a traer la gloria Dios? Cuando Jesús llegó a Betania encontró que Lázaro había muerto hacia cuatro días. En el verso 33 vemos la actitud de la gente: “Jesús entones, al verla llorando (a María), y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió.” Notemos que la gente no estaba dando gloria a Dios por lo que pasó, sino que lloraba llena de dolor. En el verso 37 vemos lo que dijeron algunos judíos: “Y algunos de ellos dijeron: ¿No podía este, que abrió los ojos al ciego, haber hecho también que Lázaro no muriera?” aquí tenían una queja en contra de Jesús no bendiciones para El. ¿Eso es darle gloria a Dios?
En los versos del 38 al 45 vemos lo que realmente trae la gloria a Dios: “Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva y tenía una piedra puesta encima. Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, veras la gloria de Dios? Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado. Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle y dejadle ir. Entonces muchos judíos que habían venido para acompañar a María, y vieron lo que hizo Jesús, creyeron en él.” Lo que trajo gloria a Dios y que la gente creyera en Jesús fue la resurrección de Lázaro. Además notemos la pregunta que Jesús le hizo a María: “¿No te he dicho que si crees, veras la gloria de Dios?” ¿En que tenia que creer María para ver la gloria de Dios? ¿En la enfermedad? No, la enfermedad había traído dolor y murmuraciones en contra de Jesús. Ella tenía que creer que Jesús iba a resucitar a su hermano para ver la gloria de Dios. El milagro fue lo que trajo la gloria a Dios.
En el verso 12 de la historia de la sanidad del paralítico que fue bajado por sus cuatro amigos en Marcos 2:1-12 se ve lo que trae la gloria a Dios: “Entonces el se levantó enseguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa.” En estos pasajes vemos que la sanidad es lo que trae la gloria a Dios. En realidad, no hay ningún verso que diga que la enfermedad trae la gloria a Dios.
Otros dicen: “La voluntad de Dios es que yo este enfermo.” Si esto es cierto, ¿por qué van a los hospitales?, ¿para que asisten donde los doctores?, ¿por qué toman medicinas? Si su afirmación es correcta, ellos están yendo en contra de la voluntad al tratar de curarse por medios físicos. Están pecando al tratar de huir de la voluntad de Dios. Lo mejor para sus vidas seria que dejases de rebelarse contra Dios y acepten con gozo su dolor y enfermedad. Esas palabras no pueden ser respaldadas con la Biblia. No hay ningún verso en la Biblia que diga que sea la voluntad de Dios enfermar a alguien. La gente pierde su oportunidad de recibir su sanidad y las cosas que Dios preparó para ellos por no conocer la naturaleza de Dios.
La Biblia dice muchas veces que Dios es bueno.
Algo que debemos notar es como llama la Biblia a la enfermedad y que dice acerca de quien la envía.
Hechos 10:38 cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Aquí menciona la misma biblia que la enfermedad es ¿de quien y que es? Una opresión del diablo, ¡entonces, no puede venir de Dios¡
Dios es un buen Dios. Un buen Dios hace cosas buenas, el momento que hace algo malo deja de ser bueno y se convierte en malo. En Santiago 1:17 dice: “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.” Al final de Mateo 7:11 dice: “¿Cuánto mas vuestro padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que se lo pidan?” En estos pasajes vemos que Dios da buenas cosas, “toda buena dádiva y todo don perfecto.” ¿La enfermedad es algo bueno? ¿El dolor y el sufrimiento son algo bueno? ¿La miseria es algo bueno?
Si tu respuesta a esas preguntas es ¡no! No le eches la culpa a Dios de producirlas.
Dios es bueno, y Él quiere hacer algo bueno por ti hoy. ¿Quien es el Ladrón de tu sanidad, tus bienes y quien ha traído todo lo malo en tu vida? Veamos lo que dice Marcos 3:24-25: “Si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer. Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer.”
Algo no debe estar bien con esta forma de pensar. Debemos reconocer quien es nuestro enemigo.
Veamos lo que dice Juan 10:10: “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.” Evidentemente Jesús no es el ladrón, porque Él vino a traer vida; y como Él hacía lo que el Padre le decía, entonces Dios es el Padre tampoco es el ladrón; entonces solo nos queda la posibilidad de que el diablo es el ladrón; el es quien está aquí para robar, matar y destruir.
Escoge ¿que quieres creer? En que tu Dios es malo y que te envía enfermedades y roba tus bendiciones o creer a la palabra de Dios y entender que satanás el ladrón es el que quiere destruir, robar y matar tu vida.

DIOS TE BENDICE
PASTORES ARELYS RIVAS Y JAVIER FLORES
IGLESIA FORTALEZA DE JESUS
EL VALLE, CARACAS VENEZUELA.